jueves, 10 de marzo de 2011

El Último respiro(A bout de soufle (1959)): De Jean-Luc Godard.

Por: Kareve


“Todo lo que necesitas para una película es una pistola y una chica”. Jean-Luc Godard

Opera prima de Godard, uno de los creadores de la llamada “Nueva Ola" (La Nouvelle Vague) movimiento que de alguna manera renovó la filmografía dándole más frescura.

¿Es el último respiro una película de cine negro? Aunque la película cuenta con todos los elementos para ser clasificada en este grupo, sus características van mucho más allá, quizá la manera de llamar a este género cinematográfico como “La nueva ola” es justamente porque la estructura fílmica que maneja Godard así como su poca convencional manera de narrar la historia la hace inclasificable.

El último respiro narra la historia de Michel Poicard (Jean-Paul Belmondo), un hombre que roba un auto en Marsella y mata a un policía en su camino sin motivo aparente. En París, conoce a Patricia(Jean Seberg), una joven norteamericana que vende el “New York Herald Tribune” en los Campos Elíseos. Al final este hombre comienza a ser acosado por la policía.

Quizá para muchos la estructura de la La Nouvelle Vague puede ser difícil de entender y de seguir ya que se trata de un género que más bien planea regenerar aquellos géneros cinematográficos que para la época (finales de los cincuentas) se tornaban un tanto trillados y en declive, rechazando las estructuras generales recurriendo a la improvisación y a los actores no conocidos. Así fue como esta nueva ola se convirtió más bien en una escuela estética. De esta manera podemos clasificar algunas características del cine de la Nueva Ola así como del trabajo Cinematográfico de Godard:

- Era importante romper con el rodaje de películas en localidades y estudios tradicionales por lo que el realizador opta por varios escenarios que incluyen las calles.

- La aparición de los magnetófonos multiplicó la toma de sonido directa, por lo que a lo largo de esta película, podemos escuchar sonidos de la ciudad, como el de las ambulancias.

- La discontinuidad narrativa:

“Un director le pregunta a Godard si admitía que en una película debía de contar con un principio, un clímax y un final, a lo que él responde: Sí, pero no necesariamente en ese orden”.

- Se dejan de usar las pesadas cámaras y comienzan a utilizar cámaras pequeñas que más bien eran utilizadas para documentales Estadounidenses logrando rodar secuencias de cámara en mano e inusuales ángulos.

- Godard le da libertad a sus actores de que improvisen los diálogos, logrando así narrativas frescas que más bien parecían piezas de un gran rompecabezas que después se encargaría de armar con cuidado. Así podemos disfrutar de largos diálogos un tanto complicados de seguir en base a un hilo narrativo al que estamos acostumbrados pero que nos permiten contemplar largamente bellezas como la de Jean Seberg.

- Por cierto: Un nuevo modelo de mujer que rompía explícitamente con los moldes tradicionales imperantes en el cine de épocas anteriores.



La influencia de éste nuevo cine de aquella época y de éste realizador en especial puede verse en el trabajo de muchos otros directores como Robert Altman, Martin Scorsese, Wim Wenders y Quentin Tarantino.

Finalmente me gustaría terminar con una reflexión: Quizá es cierto que ya todo está hecho, quizá es cierto que ya no se puede inventar el hilo negro, pero quizá si se pueda de alguna manera, renovar, aún con todo aquello que vemos hoy en día en el cine y que nos sorprende por su gran complejidad. Quizá la novedad resida en reinventar el cine al que ya estamos acostumbrados.